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La muerte de San Francisco – Casto Plasencia y Maestro

La muerte de San Francisco


Esta obra de grandes dimensiones es un boceto para el coro de la Basílica de San Francisco el Grande de Madrid. Se trata de una versión casi idéntica a la pintura mural, ya que su aprobación dependía del propio autor. Iconográficamente la escena estaba ya planificada por Carlos Luis de Ribera, quien se inspiró, como el mismo ya manifestó, en la Leyenda Dorada, para pintar el momento en que, conociéndose la noticia de la muerte de San Francisco de Asís, una muchedumbre se acercó para ver, velar y besar su cadáver.

En general, la composición se organiza en torno a los restos mortales del santo y al obispo que preside el velatorio y, en la pintura definitiva, se pueden reconocer algunos personajes como a Santa Clara ya su compañera de religión Jacqueline de Settesoli, a los pies del difunto, aunque la mayor parte de los concurrentes son miembros anónimos de la comunidad franciscana o público devoto.

La composición recuerda, de forma secundaria aunque firme, al monumental lienzo realizado por Benito Mercadé y Fábregas (1821-1897), la Traslación de San Francisco de Asís (P01278), con una muy similar iconografía, y que en la Exposición Nacional de ese año consiguió hacerse con la primera medalla y ser adquirido por el Estado para el Museo Nacional. 

Carlos Luis de Ribera debía tenerlo presente, pues él mismo formaba parte ya del jurado que le otorgó dicha calificación, y las conexiones tanto en la disposición del cadáver en el centro de la composición, como en los ademanes de santa Clara, así como en le resto de personajes tuvieron un eco evidente en el trabajo conjunto de Ribera y Plasencia. La singular capacidad compositiva, el dominio sobre el movimiento de grandes masas de personas y, sobre todo, el diseño arquitectónico del fondo con dos arcos laterales por los que la luz penetra desde atrás, aumentando y multiplicando hábilmente la sensación espacial, son recursos manejados con una maestría propia de quienes, como Ribera y también Plasencia, pertenecen a una generación formada en los años dorados de la pintura de Historia.