La Ascensión al Empíreo (El Bosco)

Uno de los cuatro postigos conservados de Visión del Más Allá junto a El infierno, El paraíso terrenal y La caída de los condenados. Este representa la ascensión al cielo de los bendecidos.

Las almas que consiguieron salvarse son llevadas desnudas por ángeles que las conducen desde la oscuridad hacia una luz divina a través de un túnel cilíndrico.

Es curioso cómo muchas personas que han vivido experiencias cercanas a la muerte describen un túnel muy similar al que pintó el Bosco. Ya sea la entrada al Empíreo (el cielo de toda la vida) o una simple alucinación provocada por estímulos cerebrales, este túnel es una de las representaciones más reconocibles del paso a la otra vida.

El Bosco, el último gran pintor de la edad media (también el primer moderno) aún estaba imbuido por la cosmovisión medieval, con su brujería, alquimia, magia… Y dado que en torno al 1500 se creía (por enésima vez) que iba a llegar el Apocalipsis, el autor no escatimaba en temas morales de carácter grotesco y sobrenatural.

El artista pintó todo esto alla prima (una primera pincelada y después nuevas capas de pintura sobre otras todavía húmedas), otra innovación de este genial artista. – Fuente

La Adoración de los Magos (Lorenzo Monaco)

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La Adoración de los Magos es una pintura de Lorenzo Monaco en el Museo Uffizi de Florencia . Se trata de un cuadro al temple sobre tabla de madera (115 × 177 cm ), pintado al estilo del gótico internacional . Data entre 1420 y 1422 .

Esta obra está considerada una de las obras maestras de Lorenzo Monaco, que se une a una rama del estilo gótico internacional, que apareció hacia 1404 y vinculado a la influencia de Gherardo Starnina y Lorenzo Ghiberti .


Historia
Una documentación de época discreta se ocupa de este trabajo. Es un pedido hecho a Lorenzo Monaco que es ayudado por tres asistentes, y que es relativamente pequeño. El pedido es de 182 florines , lo que representa una suma altísima y que atestigua el prestigio del monje pintor, entonces en la cúspide de su arte. Algunos expertos se apoyan en una mención de Vasari en Le Vite , suponiendo que se trata de la pintura del altar mayor de la iglesia de Sant’Egidio en Florencia , encargada para la reconsagración solemne de esta iglesia por el Papa Martín V , evento de extrema resonancia para toda la ciudad.
Los documentos de archivo informan que la pintura se colocó por primera vez en la parte superior del primer claustro del Convento de San Marco y que ciertamente fue vista por Fra Angelico : además, esta pintura se le atribuyó en la década de 1810.

El panel se recorta por Cosimo Rosselli al final del xv ° siglo, sumando Profeta y enmarcando Anunciación . Con toda probabilidad, el panel estuvo alguna vez acompañado de una predela .

El panel fue restaurado en 1995.


Descripción
La obra se concibe de forma original, como una gran representación única con un uso reducido del fondo dorado, que empezaba a pasar de moda. Sin embargo, el marco conserva la forma del tríptico , con la parte superior del escenario en arcos, pero las columnas de soporte han desaparecido, estableciendo una continuidad de perspectiva bajo los arcos. A la izquierda, se encuentra la Natividad estable , construido como una pequeña abertura de la casa a un patio por una arcada donde el burro se encuentran y el buey, desde una perspectiva de un sesgo anti-natural, a la Giotto , probablemente, el efecto previsto. Arcaico, en para oponerse a la fría perspectiva matemática de Brunelleschi o Masaccio.
La Virgen, envuelta en un manto azul medianoche con forro dorado, está sentada sobre una roca, con las piernas estiradas, mostrando al Niño Jesús a los espectadores; en su ropa, notamos tres estrellas (cabeza y hombros), símbolo de virginidad. San José, de amarillo, está sentado en la esquina inferior izquierda y está mirando hacia arriba. La parte central y la parte derecha están ocupadas por la procesión de los reyes magos , retratados de manera fabulosa. Estos están en el primer plano en el centro y ya han puesto su corona, dos de los cuales están en el suelo y el tercero en la mano de un siervo con una espada y un manto de púrpura; el primer y el tercer mago, el mayor y el menor respectivamente, ya tienen una rodilla en el suelo, mientras que el mago de túnica verde en plena edad, contempla al Niño Jesús de pie.
El anciano mago ya ha puesto su don a los pies del Redentor. La maga madura sostiene una bombilla preciosa en una mano y un trozo de su túnica en la otra revelando su rayo de luz; tiene la mirada fija en el Niño Jesús. Según la iconografía cristiana , los sabios aquí pintados representan las tres edades de la vida humana.

En la procesión se presentan los más diversos tipos de humanidad, desde tártaros hasta moros o africanos , vestidos con ropas de vivos colores y con sombreros de las formas más exóticas. Los dos jinetes con turbante en primer plano tienen el cuerpo estirado de forma sinuosa y doblado hacia atrás, para crear un juego rítmico de líneas, de gran refinamiento. En el extremo derecho, hay figuras a caballo, con un camello y un galgo de caza. Piden direcciones y un transeúnte les muestra el cometa que no es más que un grupo de tres ángeles luminosos que se han detenido en la pared del establo. Arriba, el artista ha pintado un paisaje rocoso atormentado a la manera de Giotto, contra el que destaca un castillo de esbeltas torres. Al fondo de la parte central, un ángel luminoso anuncia la noticia a los pastores, pintado en gris monocromo para dar un efecto nocturno.

También notamos una alusión exótica con las palabras escritas en árabe antiguo en el manto del mago de pie y en el manto del personaje a su lado.

La conversión de San Pablo (Caravaggio)

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La conversión de Pablo de Tarso es un cuadro del pintor Caravaggio. De nuevo, usa el mismo lenguaje que en La crucifixión de San Pedro para dar a conocer el mensaje bíblico. Esta no fue aceptada, pero otra versión pictórica del mismo tema bíblico, (La conversión de San Pablo en el camino a Damasco), sí lo fue. La obra aceptada mostraba al santo empequeñecido ante el caballo, provocando un intercambio de palabras entre un prelado y Caravaggio: «¿Por qué has puesto al caballo en medio y a San Pablo en el suelo?. ¿Es acaso el caballo Dios? ¿Por qué?», a lo que Caravaggio respondió: «No, pero el animal está en el centro de la luz de Dios». (Lambert, p.66).

La obra aceptada se encuentra actualmente en la Iglesia de Santa María del Popolo en Roma, mientras que la rechazada pertenece a la colección del Príncipe Guido Odescalchi.

La Última Cena – Salvador Dalí 


La Última Cena o El sacramento de la Última Cena es un famoso cuadro realizado por Salvador Dalí en 1955. Está pintado al óleo sobre lienzo, mide 167 x 268 cm y se encuentra en la Galería Nacional de Arte de Washington D. C. Esta obra es una representación moderna de la famosa Última Cena de Leonardo da Vinci, cuya iconografía recupera. Se enmarca en la llamada etapa «atómica» de Salvador Dalí (años 1950).


Simbolismo e interpretaciones

Las dimensiones del lienzo se encuentran en proporción áurea casi perfecta apareciendo además un monumental dodecaedro.

La adoración de los pastores

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La adoración de los pastores, también conocido como Natividad Allendale,​ es un óleo sobre tabla del pintor renacentista italiano Giorgione, y fue concluido entre 1505 y 1510. Su atribución se mantienen por convención, aunque no es universal, ya que otras fuentes siguen señalando a la obra como una de las primeras de Tiziano. Lo que sí está claro es que es una pintura veneciana de esa época. El cuadro se expone en la Galería Nacional de Arte de Washington D. C. (Estados Unidos).

En determinado momento se acuñó la expresión «grupo de Allendale» para referirse a un grupo de varias pinturas, destacando la Natividad Allendale. Este grupo incluye a otra pintura en Washington, la Sagrada Familia, y un panel de predelaLa adoración de los reyes magos, en la National Gallery de Londres. Este grupo se amplió para incluir otra Adoración de los pastores en Viena, y suelen ser incluidos (cada vez más) o excluidos en conjunto de la obra de Giorgione.


Descripción

Giorgione retrató la escena principal al lado derecho, en la entrada de una gruta oscura, mientras que a la izquierda pintó un luminoso paisaje coronado por árboles. Una sincera tensión dramática se obtiene al observar a los peregrinos pastores arrodillados en el centro de la pintura. Todo el grupo (los padres, el Niño Jesús y los peregrinos) constituye un marcado rectángulo que se contrapone a un punto focal formado al retroceder hacia el paisaje de la izquierda.


Procedencia

Esta obra probablemente fue terminada por Giorgione mientras era trabajaba en el taller de Vincenzo Catena, un estricto seguidor del estilo de Giovanni Bellini.

Era propiedad del cardenal Joseph Fesch y fue vendido en el Palazzo Ricci (Roma) el 18 de marzo de 1845 (lote 874) como Adoration des bergers por «Giorgon (Giorgio Barbarelli dit le)» en 1760 escudos​ (£ 370.53 a razón de 4,75 escudos la libra).​ El cardenal era tío de Napoleón y un coleccionista compulsivo. La subasta del 17 y 18 de marzo contó con 1837 ilustraciones; el Louvre contaba con 1406 en ese momento.​ La colección incluyó el Juicio Final de Fra Angelico y Una danza para la música del tiempo de Poussin.

Después pasó a manos de Claudius Tarral de París y la vendió en Christie’s (Londres) el 11 de junio de 1847 (lote 55) como la Adoración de los pastores de Giorgione. La venta incluyó 55 ilustraciones y obtuvo £ 3383. La pintura se vendió por 1470 guineas (£ 1544). Esta suma es desmesurada en relación con el total de la venta y, de hecho, hizo que este lote fuera el último elemento de la venta.

Fue en esa subasta de 1847 cuando la pintura pasó a ser propiedad de Thomas Wentworth Beaumont (1792-1848) de Bretton Hall, West Yorkshire (Inglaterra). De él pasó a Wentworth Blackett Beaumont, primer barón de Allendale (1829-1907); luego a su hijo, Wentworth Beaumont, primer vizconde de Allendale (1860-1923); y también lo heredó su hijo, Wentworth Beaumont, segundo vizconde de Allendale (1890-1956).

Después de negociar con los dueños, Joseph Duveen pudo adquirir la Natividad Allendale el 5 de agosto de 1937.​ Fue comprado por los hermanos Duveen y, de acuerdo con el colega de Duveen, Edward Fowles, en un «un precio Giorgione» ($ 315 000 y $ 5000 al comerciante Charles Ruck).

El historiador del arte Bernard Berenson, un perito de Duveen, creía firmemente que la pintura era un Tiziano temprano, lo que generó un conflicto entre ambos. Finalmente la Natividad Allendale provocaría la separación de Duveen y Berenson, poniendo fin a una de las relaciones más influyentes de la historia del arte moderno.

Duveen vendió la pintura, como un Giorgione, a Samuel H. Kress, el magnate de los grandes almacenes, por $ 400 000 en 1938. Kress exhibió la Natividad en la ventana de su tienda en la Quinta Avenida durante la temporada de Navidad de ese año.


Atribución

Joseph Archer Crowe y Giovanni Battista Cavalcaselle concluyeron, allá por 1871, que la pintura era de Giorgione.​ El libro Venetian Painters de Berenson (1894) atribuye tentativamente la obra a Vincenzo Catena.

En 1912 Roger Fry escribió que «al examinar las formas, en particular el paisaje y follaje en el primer plano, me deja pocas dudas en mi mente de que es un Cariani.».

En 1937 Berenson escribió «debe ser de Tiziano, probablemente su trabajo más temprano, pero solo la mitad fuera del huevo, la otra mitad todavía en la fórmula giorgionesca».

En la lista de la «escuela veneciana» de Berenson (1957), la pintura es atribuida en parte a Giorgione mientras que «la Virgen y el paisaje probablemente los terminó Tiziano».

En el catálogo Shapley de 1979 de la Galería Nacional de Arte, la pintura fue asignada a Giorgione con la discrepancia de cinco críticos, entre ellos Ellis Waterhouse y Sydney Joseph Freedberg.

Inmaculada Concepción – Francisco de Zurbarán 

La Inmaculada Concepción


Inmaculada Concepción es el tema de un cuadro de Francisco de Zurbarán realizado ca.1629. Es uno de los tres lienzos de esta temática, realizados por Zurbarán, que posee el Museo del Prado, y compone el número 20 en el catálogo razonado y crítico, realizado por la historiadora del arte Odile Delenda, especializada en este pintor.

La Inmaculada Concepción no está narrada explícitamente en los Evangelios canónicos y, de hecho, no fue decretada como dogma de la Iglesia católica hasta 1854. Sin embargo, en España gozó de una gran consideración ya desde la Edad Media. Su iconografía se fue gestando a lo largo del siglo XVI, sobre la base de un versículo del Apocalipsis de san Juan en el que se alude a «una mujer vestida de sol, con la luna a sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza»,​ interpretada como la Virgen María, y completada con ciertos atributos marianos tomados de las letanías de Loreto.

En 1570, Johannes Molanus celebraba esta nueva interpretación artística en su tratado De picturis et imaginibus sacris. En los años de aprendizaje de Zurbarán en Sevilla —1614-1617— el ambiente espiritual y artístico de la ciudad contribuyó a la creación de una nueva imagen pictórica de este tema.


Análisis de la obra

Esta obra es probablemente la primera versión que realizó Zurbarán de este tema y suele ser considerada la más íntima y conmovedora. La composición está dividida en una parte celestial y otra terrenal. En ambas partes se representan símbolos de las letanías de Loreto, algunas procedentes de versículos bíblicos. En la parte izquierda del celaje: la Puerta de los cielos, la Torre de marfil​ y la Estrella matutina. En la derecha, la Escala de Jacob y el Espejo sin mancha. La parte inferior —terrenal— consiste en un paisaje, delicadamente ejecutado. A la izquierda, la Palmera de Engadi y, sobre el río, el Socorro de los navegantes,​ mientras que a la derecha la se ven la Torre de David,​ y la Ciudad de Dios.

La Virgen es representada adolescente, con una gentil expresión de modestia. Está situada en el centro de la parte celeste, erguida sobre una luna menguante transparente, perfectamente redonda, simétrica con respecto a un nimbo oscuro alrededor de la cabeza de María. Esta aureola contiene las doce estrellas propias de la Mujer vestida de Sol del Apocalipsis, así como numerosas cabezas de querubines entre nubes, formando un círculo dorado. El Sol ilumina a la Virgen por detrás, formando fuertes contrastes de luz, que acentúan su manto azul y destacan su vestido rosa pálido.

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